Jugueteando un poco (libre)

Le levante la cara.

- Yo tambien me siento muy bien a vuestro lado, milady- dije mirandole a sus brillantes ojos escarlatas.

-En tal caso, hazme un favor... No te separes de mí... -susurré perdiendome en sus hermosos ojos. Maldición, ¿qué estaba diciendo? Practicamente mis labios gesticulaban lo que mi interior me decía, jamás había tenido un sentimiento tan cálido y reconfortante.-

- Nunca me separare de ti- dije contemplandola- mi dulce Heidi- Pero que estaba haciendo, este no era el Alec que todos conocian.- Creo que mi cuerpo ha tenido otro sentimiento que no es el de la sed esta tarde.

-¿Otro sentimiento? ¿Cómo cual...? -pregunté esbozando una media sonrisa mientras seguía haciendo círculos sobre su pecho-

- creo que se le llama amor?. O mejor dicho tenerte siempre a mi lado.- dije mientras posaba mi mano en la suya que estaba en mi pecho. Di un paso hacia ella.

Cuando dió ese paso hacia mí quedamos frente por frnte, me estaba volviendo loca al sentir su mano sobre la mía y tenerle tan cerca.
-En éste caso el amor es mutuo, querido. -musité y me acerqué un poco más a él para que mis labios rozaran los suyos con delicadeza sin llegar a besarle, me gustaba juguetear un poco antes de dar mi brazo a torcer-

Acerco sus dulces labios a los mios pero no me beso, me aparte de ella.le puse un dedo en sus labios.

- ¿Estas segura?- dije refiriendome al paso que hay de amigos a pareja.

Quedé pensativa mirándole, ¿qué hacía? Era Alec Vulturi, hijo de el señor Aro, no podía arriesgarme a perder su valiosa amistad por un desliz. Retrocedí con un pequeño paso manteniendo mi mirada en la suya.
-Lo siento... Debería de haber guardado las distancias... -murmuré-

- No, Heidi- dije cojiendola de la mano, y arrastrandola lentamente y suevemente hacia mi.
- No te alejes de mi, yo si estoy seguro y usted?- dije teniaendola otra vez a la misma distancia.

Me tomó de la mano y volvió a acercarme a él, mi rostro no denotaba expresión alguna, pero en mi interior todo eran fuertes emociones luchando por abrirse paso. Me quedé de nuevo observándole.
-Nada es seguro en ésta vida, pero sólo sé que te quiero... -susurré delicadamente-

- Heidi siento por ti lo que nunca antes en mi existencia he sentido, haces que el Alec duro, y malo desaparesca para darle lugar al Alec cariñoso y amable.- dije tomandola de la mano.-Si te preocupas por mi Padre, lo hablaremos, si te conociera mas diria que eres una estupenda vampira y muy buena Vulturi.Pero no te alejes de mi.-le pedi.

Coloqué la mano libre sobre su mejilla y la acaricié con suavidad.
-No tienes idea de cuánto adoro al Alec cariñoso y amable del que hablas, querido Alec. -luego mencionó a su padre y bajé la mirada, temía por lo que él pensaría respecto a éste tema- Reconozco que tengo miedo de lo que el señor Aro pueda pasar, pero aún así estoy dispuesta a correr ése riesgos siempre y cuando estés a mi lado.

- Yo tambien quiero absumir el riesgo de lo que piense mi Padre, creo que el lo entendera-dije acercandome mas a ella y sintiendo su tacto en mi mejilla.- Si no se lo hare entender lo que gusto estar contigo-

-En tal caso no hay nada que temer si estás a mi lado. -musité dulcente y le abracé como si me lo fueran a arrebatar de entre mi brazos, apoyé mi cabeza sobre su pecho y cerré suavemente los ojos.-

La Abrase tambien y apoye mi cabeza sobre la suya y le di un beso en su presioso pelo.

- Te querio Mi Bella Dama- susurre

-Te quiero mi apuesto caballero. -susurré, y levanté mi rostro para darle un beso en la barbilla, luego volví a fundirme en su pecho, fue entonces cuando me di cuenta de que algunas miradas indiscretas estaban clavadas en nosotros- Alec, querido, creo que estamos dando el cante entre todos...

La bese en la frente.
- ¿Vamos al castillo mylady?- pregunte sonriente- Alli nadie nos mirara indiscretamente como algunos cotillas estupidos que hay por aqui.-

Asentí sonriente y le dirigí una fugaz mirada a los espectadores, entre ellosa un grupito de chicas ensimismadas mirando a Alec.
-Sí, será lo mejor... Sino ésas jóvenes no tardarán en tirarse a tu cuello y yo en arrancárles la cabeza de cuajo.

Me rei ante su comentario.

- No dejaria que me tocaran, solo tengo ojos para usted.- dije y la agarre de la mano.- Deseas darle envidia a las chicas pues veras.-
Dije en tono soriente y me acerque a ella y le di un tierno besos en sus dulces labios, el beso fue suave pero con pasion.Las chicas expresaron su mal estar contra ella.
- Ahora desearan estar en tu piel.- dije empezando a andar con ella agarrada a mi lado.

Cuando me besó no tardé en responder con calidez a su beso, una calidez que nisiquiera yo sabía que tenía. Una vez se separó le dirigí un rápido vistazo a las chicas, las cuales murmuraban cosas y fruncían el ceño casi con desagrado.
-Deberíamos darle envidia más a menudo, aunque creo que a ellas no les gustó mucho. -murmuré divertida andando con él a mi lado- Mmm.. Lástima que hubiéramos saciado nuestra sed anteriormente, les hubiera matado sin problema alguno y yo encantada, otro día será.

- Claro tenemos toda la eternidad....Aunque sus sangre es mejor de jovenes que de viejas... el colesterol- dije mirandola y riendome

Eché a reir con unas finas carcajadas.
-Tendré en cuenta tus preferencias cuando el señor Aro me mande por la cena, prometo que te otorgaré la humana más joven del grupo, siempre y cuando luego me recompenses. -dije divertida con una pícara sonrisa-

- Te otorgare con la reconpensa mas grande que alla en este mundo.- dije mientras saliamos del parque y nos dirigiamos al Castillo.- Todo lo que tu quieras sera tuyo solo con pedirlo.-

-No pido mucho, algún que otro coche, ropa nueva, neófitos para divertirme de vez en cuando... -dije sonriendo- No hombre, como recompensa estaría bien... Algún que otro paseo matutino, siempre y cuando no debas hacer nada en el castillo con tu familia.

- Todo mi tiempo libre sera tuyo Madame- dije viendo el castillo delante de nodotros.