Paseando y planeando... [Libre]

Otro día más pasaba en la ciudad de Volterra.
Salí de mi cuarto y caminé un rato por los largos pasillos del palacio, no sabía muy bien si iba a algún lado.
Había un ventana abierta en la que ondaba las suaves cortinas por el viento y fui hacia ella. Aparté las cortinas y miré a la plaza donde había mucha gente paseando. Muchos eran turistas fáciles de cazar, se lo debería de decir a Heidi para que los trajera al castillo; la verdad es que ya empezaba a tener hambre.
Me apoyé en la repisa. Un rayo de sol se posó en mi brazo y brilló como si hubieran miles de diminutos diamantes; no aparté el brazo ya que estaba a gran algura y nadie de los de abajo podía verme.
Últimamente no había nada que hacer y los días resultaban de lo más aburridos. Muchas veces lo había pensado, pero sería bueno hacer una visita a los distintos clanes de vampiros repartidos por todo el mundo para ver que las cosas siguen en su orden.
Sobre todo a esa familia, los Cullen, los cuales eran especiales por así decirlo. No bebían sangre humana, tan solo animal y se dejaban ver por humanos. Iban al instituto, se relacionaban con los demás..., bueno, mientras no desentarraran nuestro secreto... pero aún así no me quedaba tranquila.
Quizás hablara con mi señor Aro para una posible visita a esa familia.

Paseaba por los pasillos del castillo sin nada que hacer, esperaba ansiosa el que algún grupo de neófitos se descontrolara para poder intervenir, pues el aburrimiento hacía que las horas pasaran muy lentas. Una suave brisa hizo que mi capa ondeara con suavidad, y con ella vino a mí el olor de mi hermana Renata. Me apresuré en llegar dónde ella y me apoyé contra la pared, observándola.
-Hola, hermana... ¿Aburrida? -pregunté con una leve risita-

El aire me trajo un aroma muy familiar, era de mi hermana Heidy.
Vino hacia mi y luego se apoyó en la pared a mi lado; aparté mi mirada para encontrarme con sus ojos y sonreírla.

-La verdad es que si estoy aburrida. Últimamente vamos demasiado escasos en misiones-dije, si hubiera podido hubiera suspirado o algo peor. Volví a mirar por la ventana.-A lo mejor nos venía bien un viaje a visitar a los clanes del mundo-la dije aunque solo se me venía a la mente un clan en concreto que quería visitar.

Miré a mi hermana para ver que me decía ella.

Sonreí complacida, y al igual que ella, desvié la mirada hacia la ventana.
-Y con clanes del mundo te refieres a nuestra familia favorita, ¿verdad? -deduje con cierta diversión- De por mí iría encantada, sabes que no me gustan nada ésos extraños vampiros... Convivir con humanos y hacerse pasar por uno de ellos... Casi parece que desprecieran nuestra naturaleza. -musité con desagrado- Pero también sabes que el señor Aro no nos dejaría ir a visitarlos, a no ser que sea una visita... amable.

La miré y la sonreí cuando dijo lo de "familia favorita"; estaba claro que pensaba como yo.
Me mordí el labio inferior un poco y volví mi mirada de nuevo a los humanos que paseaban por la plaza.

-Tendríamos que controlarles mas. Eso de juntarse con humanos, relacionarse con ellos, nos pone en peligro a nosotros-dije y al final solté una especie de gruñido.

Me ponía enferma el hecho de pensar que mi familia corría peligro por culpa de ellos y su buen hacer.

-Tendríamos que hablar con el señor Aro, para comprobar que siguen bien las cosas, solo aunque fuera una pequeña visita... amable-y una sonrisa malévola surgió de entre mis labios y miré de nuevo a mi hermana.

-Mmm... Creo que cuando se trata de visitar a los Cullen deberíamos hablar con el Sr. Caius... Es más sabio en éstos sentidos y mas... -dije haciendo ademanes con la mano buscando la palabra idónea- ...es más comprensible respecto a éstos temas de ''visitas''. -musité con una media sonrisa-

Mi hermana tenía toda la razón.

-Sí, más tarde pediré hablar con él sobre este tema. Si quieres puedes venir conmigo, será muy bueno tener a otra persona para convencerlo-la dije seria. Si iba a compañada tenía mas posibilidades de que la misión saliera adelante.

-Bueno hermana, ¿Qué tal estas? ¿Tienes previsto salir a por humanos en estos días?-la pregunté recordando el quemazón de mi garganta, empezaba a tener hambre y a nosotros no se nos permitía cazar, tan solo Heidy podía.

Asentí ante su propuesta.
-Por supuesto, más tarde hablaremos con el Señor Caius para intentar convencerle. -dije decidida, no pensaba que se fuer a negar, a nuestro señor siempre le habían gustado las visitas ''amistosas''
En aquel momento mencionó la cazería de humanos, observé con detenimiento sus ojos, que poco a poco se iban oscureciendo.
-A decir verdad hoy no tenía previsto salir a cazar, pero visto que mi querida hermana tiene hambre no me importaría hacer de guía para un pequeño grupo de humanos. -dije y luego proseguí- ¿Alguna preferencia gastronómica? Ahí abajo hay mucho donde elegir. -desvié la mirada hacia los diminutos humanos que paseaban tranquilos por la plaza y volví a mirar interrogante a Renata-

Sonreí a mi hermana con mucho cariño. Siempre estaba de mi parte, la tenía mucha confianza.
Por fín tendríamos una misión que hacer, Jane y Alec se pondrán muy contentos cuando le demos la noticia, si es que sale todo positivo, claro.
Heidy me miró los ojos, ya se notaría demasiado que los ojos se me oscurecían.

-Gracias hermana

Luego ante su propuesta miré por la ventana a un grupo de humanos. No era muy joven, pero tampoco demasiado mayor, quizás de unos 30 años.
Divisé tres hombres morenos que hacían fotos al castillo y miré sonriendo a mi hermana.

-¿Qué te parece aquel grupito? Creo que hay suficiente para las dos, parecen tan sanos-dije mientras me mordía el labio y la miré con una sonrisa picarona.

Busqué con la mirada los humanos a los que Renata se refería, rápidamente les divisé, parecían muy entretenidos fotografiando el hermoso castillo italiano.
-¿Esos deseas? Pues ésos tendrás. -dije esbozando una sonrisa igual de pícara que la suya- No me demoraré demasiado, parecen jóvenes, por lo tanto fáciles de engatusar.
Dicho ésto, me coloqué la grisácea capucha, escondiendo parte de mi rostro entre las sombras; me volteé de nuevo y eché a andar hacia la salida que daba a la plaza, dejando a mi hermana atrás. Una vez salí, anduve con cuidado de que ni un solo rayo de sol rozara mi pálida piel. Con un animado y grácil trote me acerqué a aquel grupo de turistas con una delicada sonrisa y les guiñé un ojo, haciéndole ademanes con la mano para que se acercaran a mí. Los turistas, vacilantes, acabaron acudiendo a mi llamada con una boba risita, al fin yal cabo eran hombres...
Eché a andar con rapidez hasta llegar de nuevo a la enorme puerta de madera que les cerraba el paso a los turistas y que les denegaba el paso al castillo; con un grácil movimiento les indiqué que entraran y ellos, como si perros adiestraros fueran, así lo hicieron.
Una vez introducidos en el castillo solo debía darles una pequeña conversación y guiarlos hacia Renata, la cual supuse que esperaba ansiosa mi llegada. Los 3 hombres comenzaron a explicarme, en un idioma extranjero, cual había sido el motivo de su viaje a Volterra; mientras ellos me hablaban animadamente logré divisar a Renata, la cual seguía en el mismo lugar donde la dejé.
-Hermana, querida, la cena está preparada. -susurré lo bastante flojo como para que aquellos hombres no me oyeran-

-Estaba caminado por todo el castillo mientras esuchoq ue alguien estaba hablando asi que me puse a camianr cuando vi a heidy y a renata asi que decidi acercarme a ella-hola chicas-dije viendolas-

Vi como mi hermana se vestía y bajaba a por esos humanos.
La seguí hasta la puerta donde ella salió y yo me quedé atrás esperando pero veía como actuaba.
Sin duda era genial, podía hacer que cualquier persona hiciera lo que ella quisiera; y así hizo, les guió hasta el castillo donde ni vacilaron. Seguramente se habían quedado anonadados de que alguien como ella les hablara, Heidy era magnífica.
Esperé detrás a la sombra cuando ya se acercó con el pequeño grupo.
Cuando los tuve enfrente mis ojos oscurecieron del todo y del interior salió un gruñido.
Miré a Heidy y asentí mientras la sonreía.

-Gracias hermana, si quieres, puedes tomar algo, por supuesto-la dije como si nada, como si se tratara de tomar un refresco en un bar. Ella me los había traído hasta mi, asique que menos que si ella quería que hiciera lo mismo que yo.

Atrás de mi oí una voz de otra de mis hermanas, Anahí. Me di la vuelta y la sonreí mientras la saludaba con la mano y luego me giré de nuevo hacia ellos y caminé cuidadosamente hasta ponerme enfrente de uno de ellos. Le miré a los ojos mientras no entendía que iba a pasar. Le sonreí como si no pasara nada y le acaricié la cara y luego el pelo; el cual agarré con fuerza y le torcí el cuello poco a poco hasta dejarmelo a la altura de mis dientes. Lo atrajé más hacia mi, no opuso ni siquiera resistencia, supongo que estaría demasiado asustado como para poder reaccionar.El cuello era una de las partes donde más me gustaba, la sangre salía en cantidades más grandes que en cualquier parte del cuerpo. Una vez mordí al humano miré a mis hermanas para que hicieran lo mismo que yo si les apetecía.
El sabor suave y embriagador de la sangre humana iba calmando mi apetito, podía notar como el estómago se me iba llenando, seguramente los ojos ya los tenía muchísimo más claros, de nuevo volvían a su rojo escarlata de siempre.

Iba por el pasadizo , para salir del castillo para ir de caza , cuando de repente me tope que estaban en el Heidy , Renata y Anahi , ellas por lo que se veia ya habian cenado , me pare enfrente de ellas.

-Hola muy bueñas ,señoritas , por lo que veo ya estais servidas por hoy - dije con una media sonrisa -me alegro de que la esteis disfrutando .

De repente me di cuenta de que uno de los humanos que quedaba vivo intentaba escapar , me puse enfrente de el con un rapido movimiento .

-Tu donde crees que vas fragil humano....no te creas que vas a poder escapar....ademas va a ser rapido.. no te va a doler , bueno , si te resistes puede que si -dije con una pequeña risa esto ultimo .

Una vez terminé de beber sangre de aquel humano oí a mi señor Aro.
Me di la vuelta y me limpié la boca con un pañuelo blanco para tener mejor aspecto y luego me puse enfrente de mi señor haciendo una pequeña reverencia.
Volví a levantar mi mirada y Aro estaba enfrente de un humano que había intentado escapar, pero él lo había parado.

-Buenos días señor Aro-dije sencillamente y con la voz dulce.

Él era la persona que había convertido y a quien debía toda mi lealtad, a parte de mi familia; pero Aro era como si fuera mi padre.

Mientras observaba la fabulosa lección de cazería de Renata, otra de mis hermanas llegó y se posicionó a nuestro lado.
-Hola Anahí. -la saludé amablemente, después de aquello nuestro señor Aro apareció literalmente de la nada, hize una pequeña reverencia- Señor Aro, buenos días.
Uno de los humanos hizo ademán de huir, pero en un rápido movimiento el señor Aro le cortó el paso, sonreí.
-Señor Aro, Anahí, pueden cenar si gustan -dije amable haciendo un leve gesto con la mano, señalándo a los dos útimos humanos que quedaban-