Otra vez esta puta sensación. Esta sensación de estar sola, de sentir que no encajas, que a nadie le caes bien, ni a ti ellos, que no te puedes fiar ni si quiera de tu sombra...
Esa mañana salí de casa muy pronto, fui al trastero a por mi vieja pero poco utilizada bicicleta. Monté en ella, rumbo a donde fuese, quería tomar el aire y despejarme. ¿Y si hoy era mi dia de suerte? ¿Y si hoy encontrase alguien nuevo y especial? O no tan nuevo.. pero especial, apartir de hoy. Pasé cerca de la playa, me quede atónita mirando al mar, sin parar de pedalear. Cuando me quisé dar cuenta estaba tirada sobre el asfalto, una piedra se había cruzado en mi camino, como si alguien la hubiese puesto aposta... eso pensaba, ¿porque diablos estaba tan desconfiada esos dias?.
-¡Mierda, mierda y más mierda! -bufé, al ver los rasponazos y heridas que me había hecho, aunque sabía que pronto se me curarían. Me dolia todo el cuerpo, pero intente levantarme.